Creo absolutamente en la fragilidad de los vínculos entre los humanos.
Hoy amamos locamente y mañana,se convierte en un recuerdo de algo que pudo ser
o no quiso,o no supo.
No sabemos convivir.
No sabemos compartir.
No sabemos aceptar al prójimo llegando a nuestras vidas,como puede.
Con los amigos nos aceptamos,nos respetamos,porque también están los secretos
y el inmenso miedo de quedarnos solos.
Por eso,cuando nos enamoramos,asfixiamos y nos quedamos sin tiempo.
Controlamos.
Pertenecemos.
Celamos.
Y llega un momento,de repente,y sin darnos cuenta,
que los dos somos casi idénticos.
Comemos las mismas cosas.
Amamos los mismos colores.
Empezamos a oír los mismos temas.
Y cuando nos hartamos,
nos decimos adiós,entre lágrimas.
Y
nos convertimos en recuerdos sólidos,
difíciles de olvidar.
Somos frágiles,
demasiado frágiles
para sostener amores importantes.
...llegando a nuestra vida como puede...
ResponderEliminary de repente, somos idénticos. Me llevo estas ideas. Por cierto, semos frágiles pero eternos.
La fragilidad de nuestra existencia, es la base perfecta para los vínculos fuertes. Solo es necesario aceptar que no vamos a estar acá siempre, que "siempre" no existe y es, en realidad, "por ahora". Hay que aprender a disfrutarse mutuamente, dándonos espacio, respetándonos como individuos. Se puede.
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