Un alma seca.

Era una reunión muy formal,de señoras maduras.
Llegué allí,buscando unos datos para mi trabajo.
Me llamó la atención,especialmente,una de ellas.
Delgada,refinada,de rasgos delicados y mirada penetrante.
Ella se detuvo en mirar mi manera osada de vestir,pero no dijo nada.
Se detuvo especialmente en mi rostro añinado y sin maquillaje.
¿Envidia?.
¿Curiosidad?
Vaya una a saber...
Se la notaba superficial,
ausente
y resignada..
De ese tipo de mujeres,que ya no esperan nada de la vida,
porque tal vez,
están casadas con la rutina.
o jamás,
supieron,
a qué vinieron a este mundo.
Sin amores importantes,
con vidas monótonas y sin sobresaltos,
son almas secas..
Muy similares a las hojas de un otoño húmedo y penetrante.
Me fuí de ese lugar,llevándome el rostro de esa mujer diferente,
grabado en mis retinas.
Cuando llegué a mi casa,
me abrazé a mi perro.
Buscaba el amor,en las cosas cotidianas de mi vida.
Y me sentí inmensa...